El inicio de un nuevo año escolar supone preparar todo el material escolar necesario para el estudio pero también es una buena ocasión para realizar una revisión oftalmológica infantil, en unas aulas cada vez más exigentes con el esfuerzo visual prolongado en libros, pizarras u ordenadores. La falta de concentración, mareos o dolores de cabeza pueden ser las causas de algunos fracasos escolares y son síntomas relacionados con problemas de la visión, que muchos padres pueden desconocer.
Aunque siempre es recomendable una revisión anual, algunos de estos síntomas deberían dar la señal de alarma para acudir antes a un oftalmólogo:
Si a simple vista los padres aprecian en los ojos…
- Que no están rectos, alguno de los ojos parece cruzar el eje visual del otro o mira hacia afuera.
- Que los párpados están enrojecidos, hinchados, con úlceras o costras.
- Que los ojos están llorosos, rojos o inflamados.
Si el niño actúa…
- Frotándose los ojos con frecuencia.
- Si se cierra o tapa uno de los ojos para fijar la visión
- Si inclina la cabeza o se acerca mucho a los objetos para verlos.
- Si tiene problemas para leer o haciendo tareas manuales se acerca mucho los objetos a los ojos para verlos bien.
- Si bizquea o frunce el ceño.
Si el niño dice…
- “Mis ojos me pican”, “me escuecen los ojos” o “siento que se me ha metido algo en el ojo”.
- Después de hacer trabajos manuales o de concentración: “Me siento mareado”, “me duele la cabeza” o “me siento enfermo o con náuseas”.
- “Veo borroso” o “veo doble”.
Para afectaciones oculares como el “ojo vago” (ambliopía), cuanto más temprano se detecta y se trata, mayor será la posibilidad de prevenir la pérdida permanente de visión, un retraso en el tratamiento puede suponer una pérdida de visión para toda la vida.
Fuente: Prevent Blindness